La evolución es el cambio de unas especies por otras a lo largo del tiempo.
¿EXISTE LA EVOLUCIÓN?
Seguramente os hayáis hecho esta pregunta alguna vez y su respuesta (como muchos ya sabréis) es sí. Pero, ¿cómo demostrar esta afirmación? Pues bien la manera más científica y correcta para explicar la evolución es mediante...LAS PRUEBAS DE LA EVOLUCIÓN.
PRUEBAS ANATÓMICAS Y MORFOLÓGICAS
ÓRGANOS HOMÓLOGOS: evolución divergente. Son órganos que aunque realizan distintas funciones, tienen el mismo origen evolutivo y comparten idéntico patrón estructural.
ÓRGANOS ANÁLOGOS: evolución convergente. Son órganos que aunque tienen diferente origen evolutivo, realizan la misma función.
ÓRGANOS VESTIGIALES: son estructuras que tienden a desaparecer por haber perdido su función.
PRUEBAS FÓSILES O PALEONTOLÓGICAS
Los fósiles revelan que existieron organismos diferentes a los actuales y, por tanto, que las especies han cambiado a lo largo del tiempo. En ellos pueden apreciarse claramente transformaciones lentas, pero progresivas. Este hecho es denominado series evolutivas.
Algunos organismos no han cambiado, o lo han hecho muy poco, desde hace mucho tiempo; se conocen comúnmente como fósiles vivientes.
PRUEBAS EMBRIOLÓGICAS
En 1866, Ernst Haeckel enunció la ley de la biogenética fundamental, según la cual el desarrollo embrionario constituye una síntesis del proceso evolutivo.
PRUEBAS BIOGEOGRÁFICAS
Cuando Pangea se fracturó, mismas especies quedaron repartidas por el mundo en diferentes localizaciones geográficas. Con el paso del tiempo cada especie fue evolucionando de una manera distinta para adaptarse al medio, pero algunos ejemplares revelan de existencia de un antepasado común; así como el jaguar y el leopardo.
PRUEBAS MOLECULARES O BIOQUÍMICAS
A mayor grado de parentesco, mayor similitud en los componentes moleculares. Mapeo genético: comparar los ADNs de diversas especies para comprobar su grado de parentesco y sus composiciones moleculares.
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